La fuente del monumento “ Munten”, del artista carballinés Xesús Carballido, situada en la Plaza del Emigrante, cuenta con nuevos sistemas hidráulicos y lumínicos, permitiendo hasta catorce modos diferentes de funcionamiento con siete colores fijos y siete secuencias de colores diferentes.
Para su puesta en marcha se eligió la modalidad fija del color violeta, característica de la cocción del pulpo, en un claro homenaje a la tradición pulpeira de O Carballiño.
Se trata de una iniciativa de la concejalía de Medio Ambiente, que dirige Rita Soto, y que tiene por objetivo renovar las fuentes de la villa adaptándolas a la normativa de eficiencia energética, así como su puesta en valor como elementos de embellecimiento de las plazas y espacios públicos municipales.
En este sentido, esta fuente es la primera que cuenta con todas las medidas medioambientales y de eficiencia energética establecidas, y que, por lo tanto, está totalmente legalizada.
El proyecto incluiu, en lo tocante al sistema hidráulico, la reposición de la bomba autoaspirante con filtro, un prefiltro integrado para evitar la entrada de objetos extraños que habían podido dañar las partes hidráulicas, motores protegidos y acondicionados para soportar ambientes calurosos y niveles de humedad elevados, así como electroválvulas de llenado y vaciamiento. Y, en lo tocante al sistema lumínico, se incorporó un sistema de cambio de color con LumiPlus Eco, un pulsador que permite 14 modos diferentes de funcionamiento, con 7 colores fijos y 7 secuencias de colores diferentes, así como un cuadro de control con interruptor horario.
El coste de este proyecto fue de 4.983,94 euros, sufragado por el ayuntamiento dentro de la partida presupuestaria de mantenimiento de jardines de la Concejalía de Medio Ambiente.
El monumento “ Munten”, obra del artista carballinés Xesús Carballiño, rodeado por un estanque-fuente diseñado por el arquitecto ourensano Fernando Martínez Lamas, autor asimesmo del aparcamiento soterrado y de las plazas de la Alameda y del Emigrante, se inauguró en el año 2003 y fue restaurado en los años 2014 y 2017.
El monumento, una estructura de hierro recubierta por 600 placas de cobre con signos arcaicos y actuáis grabados a mano artesanalmente, alusivos a las culturas de las más de medio ciento de ciudades y países del mundo donde residen emigrantes carballineses, es un homenaje a la honda huella de la emigración en el Carballiño.