Iglesia parroquial de San Cibrán
Sobre una idea original presentada por el arquitecto Felipe Tredis en el año 1856, se pretende la construcción de una nueva iglesia parroquial. Por una serie de vicisitudes este proyecto no se ejecuta y, en un posterior y modificado con respeto al inicial, el arquitecto Juan Redecilla presenta una nueva idea en el año de 1868. Los problemas de carácter económico para llevar adelante este proyecto, la situación eclesiástica derivada de que O Carballiño aun no era parroquia y la falta de entendimiento entre las partes encargadas de su ejecución demoraron su finalización hasta que, en el año 1903, se encarga la otro arquitecto, Daniel Vázquez- Gulías Martínez y en 1905 se aprueba el final de las mismas.
El edificio, sencillo en su origen, presenta una disposición de planta de cruz latina con tres naves longitudinales, siendo las laterales muy angostas. Otra de carácter transversal ejerce el rol de crucero. La capilla mayor aparece más alta que la nave longitudinal y que la cabecera. En los muros norte de la capilla mayor aparecen sendos arcos ciegos. El tejado se asienta sobre falsos modillones.
La ábside es de forma poligonal y con dos cuerpos, presentando el más bajo ventanas de tipo rectangulares. Aunque el más llamativo resulta ser la presencia de la torre externa. Este elemento, compuesto por cuatro cuerpos, es el más representativo en su apariencia y visión. El primero de estos cuerpos, presenta tres grandes arcos de herradura unidos por una bóveda de piedra a un cuarto que hace las veces de pórtico de acceso al interior del templo; el segundo cuerpo contiene tres ventanas cruciformes que dan luz al templo. El tercero presenta forma poligonal con cuatro arcos de medio punto que encierran las campanas sobre donde se asienta el último cuerpo, de carácter piramidal y finalizado en una cruz de hierro.
Señalar que en su entrada se alzaba el crucero que hoy en día se asienta en la Era de Flores. Podemos decir que en su inmediación había una importante actividad en los días de feria, sobre todo dentro de los gremios de los zoqueiros, vendedores de ropa usada y comerciantes en la llamada “Praza dás Galiñas”